lunes, 28 de mayo de 2012

Así asaltaban a los castillos medievales

El trabuco, trabuquete o trébuchet era el arma más habitual utilizada para el asedio y la toma de ciudades y fortalezas. Esta máquina que arrojaba piedras funcionó primero por medio de una soga estirada y, a partir del siglo XIII, a través de un sistema de contrapesos. Lanzaban proyectiles a una distancia de hasta 400 metros. Generalmente, la munición utilizada eran pesadas piedras, pero también llegaron a lanzarse animales muertos o cadáveres humanos para enviar así enfermedades a los sitiados. 

  Heredada de las legiones romanas, la catapulta también se utilizaba a menudo en los asedios medievales. A diferencia del trabuquete, era una máquina de tiro horizontal que funcionaba gracias a la torsión de cuerdas y nervios. Con ella podían lanzarse tanto piedras como dardos o saetas. Para el asedio de murallas y castillos se utilizaron también mangoneles lanza-proyectiles, arietes y torres de asalto. 
     

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