Durante las numerosas batallas que
se libraron en la Europa medieval era frecuente que muchos caballeros
resultaran capturados. Los heraldos registraban qué soldado era
responsable del secuestro y, por lo tanto, el posible receptor del
dinero de la liberación. Quizás uno de los rescates más famosos y caros
del Medievo fue el de Ricardo Corazón de León,
encerrado por los alemanes en un castillo cuando regresaba a Inglaterra
procedente de las Cruzadas. Su madre, Leonor de Aquitania, fue quien
tuvo que recaudar el alto precio de su libertad que, aunque no está
documentado, podría haber alcanzado el equivalente a 20 millones de
euros. Por su parte, la Orden del Temple tenía prohibido que se pagara
rescate por cualquiera de sus miembros, por lo que, cuando los
templarios caían en manos sarracenas, eran rápidamente decapitados.
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