Es difícil listar la cantidad de “novedades”
que vieron la luz en el Medievo, objetos sin los que hoy nos resultaría
muy difícil vivir, como las gafas los
botones
o el reloj mecánico. Inventos que han
propiciado el conocimiento del mundo, como la brújula o el timón de
barco. En aquella Europa también se hizo buen uso de ciertos adelantos
procedentes de China, como la pólvora o el método para la fabricación de
papel. Si la aparición de los naipes y el ajedrez sirvieron de solaz,
la imprenta revolucionó la educación y la cultura.

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